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16 Que las naciones vean esos milagros
    y se avergüencen de su poder.
Que se tapen la boca con la mano
    y ensordezcan sus oídos.
17 Que laman el polvo como la víbora,
    que se arrastren por el suelo como serpientes.
Que desde sus fortalezas vengan
    temblando de miedo al SEÑOR nuestro Dios.
    Que tiemblen y tengan temor de ti.

Alabanza al Señor

18 No hay Dios como tú
    que perdona las malas acciones
    y pasa por alto la rebeldía del resto de su pueblo.
No estará siempre enojado
    porque le gusta demostrar su fiel amor.

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